Después de más de 30 años luchando para comunicar que los lácteos son un alimento extraordinariamente nocivo para el ser humano, (todos ellos: leche, yogur, manteca, quesos especialmente, y cualquier preparación que los contenga como galletitas, postres, tartas compradas aunque sean de verduras, etc.) El público en general empieza a darse cuenta gracias a Internet de esta crucial verdad para la civilización humana.
Por supuesto que cuando yo lo advierto no es solo basado en las decenas de miles de casos en que lo verifico sino en múltiples informes científicos, que a pesar de haber existido desde hace años no han llegado al público en general y quedaron en manos de un reducido (por suerte cada vez más creciente) grupo de profesionales.
Esto es todavía mucho más válido para los niños, que se ven afectados por enfermedades muy graves (como el asma y el cáncer, por ejemplo.) por el resto de sus días.
Entonces la respuesta del paciente solía y suele ser: y entonces Dr. de dónde sacamos el calcio para reemplazar el que nos dan los lácteos.
Cabe destacar que en primer lugar el calcio al producir acidez (como está absolutamente comprobado) hace que el organismo apele al calcio de los huesos para compensarla. O sea que además de no prevenir la Osteoporosis, es la principal causa de la misma (aunque las malas combinaciones (ver tabla) también producen acidez que es productora de osteoporosis). Además de ello el calcio que poseen los lácteos, por una reacción alérgica (pues son un alimento destinado a otra especie, la bovina) es rechazado por el organismo absorbiéndose muy dificultosamente.
Es decir que los lácteos no solo no proveen calcio sino que lo retiran del organismo. Estas aseveraciones están comprobadas experimentalmente, clínicamente y estadísticamente. Por lo tanto a la leche no hay que reemplazarla por nada, porque lo único que hace es daño. El calcio es uno de los elementos más extendidos en la naturaleza.
Las almendras (hay que pasarlas por agua hirviendo y pelarle la capa marrón) tienen enorme cantidad de calcio.
Lo mismo que todos los frutos secos. La soja (no transgénica) tiene enorme cantidad de calcio y todas las demás legumbres.
El pescado tiene calcio. Todos los cereales integrales tienen calcio (arroz integral, pan integral, avena arrollada gruesa, harina gruesa de maíz, etc.)
A un niño le pueden hacer leche de soja (hervir, procesar y colar, y mezclar con jugo de manzana), leche de avena, leche de almendras, etc. Hay que prestar atención a las combinaciones, por ejemplo leche de soja con pan integral está bien. Pero leche de avena o de almendras con pan ya no combina bien. (ver tabla) Quiero transcribirles un informe autorizado sobre el tema. (Aclaro que no hace falta ser vegetariano para adoptar esta nueva conducta de vida)
Y para terminar se me ocurre que la venta de lácteos debe haber sido uno de los primeros negocios que apareció en la historia de la civilización.
Y cuando los seres humanos nos dejamos llevar demasiado por la ambición de dinero, suelen suceder estas cosas.
Y además de ello (y esta es mi opinión), los lácteos producen deformaciones en el carácter de los seres humanos, haciéndolos más codiciosos y desmedidamente ambiciosos. Y cuando tienen 100 millones, quieren mil y así sucesivamente hasta el infinito. (Habría que poner límite a la riqueza).
Es decir los lácteos de especies diferentes constituyen a mi humilde juicio un error colosal de la humanidad y es mi parecer que en un futuro no muy lejano su consumo será finalmente erradicado. Dr. Flint